Review/2001/1
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Comentario sobre la Carta de Bangkok

Por Helena E. Restrepo, MD, MPH, Columbia


Restrepo, Helena, Comentario sobre la Carta de Bangkok, Reviews of Health Promotion and Education Online, 2005. URL:28/index.htm.

La versión preliminar de la Carta de Bangkok refuerza los principios y valores de justicia social y equidad de la Carta de Ottawa. También dice que la promoción de la salud es pro-equidad. Para mí es muy importante que se enfatice una vez más estos conceptos fundamentales y celebro esas declaraciones. Todos sabemos que desde cuando se escribió la Carta de Ottawa, ha habido muy pocos resultados en reducción de las inequidades y desigualdades en países en desarrollo y también en algunos de los desarrollados. Los esfuerzos de los políticos no han sido notables. La inversión social de los gobiernos es aún insuficiente para producir un verdadero impacto en las condiciones de vida de los grupos más vulnerables. Parece que los recursos económicos son muy limitados para alcanzar las metas de equidad porque se privilegia el crecimiento de las compañías privadas. Por ejemplo, el lucro del sector de la banca en los países es impresionante. El aumento de las ganancias de las compañías privadas multinacionales es obsceno. Algunos de sus presupuestos son más grandes que el presupuesto total de algunos países subdesarrollados.

La globalización del modelo económico es grandemente responsable de esta perversidad. En muchos países es más importante salvar un grupo privado de la bancarrota que salvar un hospital público.  El daño del “lado malo” de la globalización ha sido objeto de diversas discusiones por muchos autores. Por ejemplo, Joseph Stiglitz[1] en su reciente libro sobre la globalización analiza el rol de las instituciones multinacionales/globales que tienen que ver con las políticas macro-económicas en el contexto internacional y critica duramente la forma que ellas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) influencian la política económica de los países pobres. Este autor, así como también B. de Sousa Santos, confirman que así como la globalización tiene grandes beneficios- mayor conectividad y acceso al conocimiento en el mundo- ambos señalan y condenan abiertamente el dominio de los mercados y las inversiones en la arena internacional produciendo cada día más frustración e inequidad en la economía global, que se caracteriza por la opresión y la falta de justicia social. La UIPES (Unión Internacional de Promoción y Educación de Salud) también ha jugado un papel de liderazgo en la producción y diseminación de información sobre los efectos dañinos de la globalización en la salud del mundo.

“El poder económico se desplaza del nivel de las naciones al nivel del planeta, y de la esfera pública a la esfera de los intereses privados” (Passet,2001,p.133). Los asuntos de interés público como es la “salud” han sido relegados por la creciente importancia que se da a los asuntos privados. Las intervenciones de salud pública se han visto descuidadas en países en desarrollo como consecuencia de la privatización de los servicios de salud.

Pero mi comentario sobre la nueva Carta de Bangkok se deriva de los antecedentes mencionados arriba; las corporaciones comerciales y las empresas multinacionales son muy responsables del modelo económico predominante hoy en el mundo occidental. El capitalismo de este tipo no es aceptable para los países pobres y para los grupos pobres en todo tipo de país. 

La Carta de Bangkok declara que “el proceso de la  globalización esconde la importancia central de la salud para la reducción de la pobreza y el más amplio desarrollo social y económico de las naciones” (16/index.htm). Yo apruebo fuertemente esta afirmación, pero el problema que veo es que cuando la Carta pide la cooperación de los negocios (comercio) y las corporaciones afirma: “Trabajar con los negocios y el sector de corporaciones para desarrollar lugares de trabajo saludables y prácticas de comercio, y reforzar las regulaciones necesarias”. A mi modo de ver esta solicitud es muy débil y limitada; nosotros deberíamos demandar un cambio grande en sus comportamientos y prácticas que están acabando con las industrias pequeñas y las economías de las naciones menos desarrolladas. Deberíamos pedirles que no invadan el sector de la salud con grandes compañias (trusts) de servicios de atención médica reguladas por las leyes del mercado, agravando con ello las inequidades en salud de la gente. Deberíamos decirles a estas grandes corporaciones en forma enfática que el mundo es menos justo y menos equitativo hoy y que la pobreza ha aumentado en nuestros países en desarrollo. Ellas tienen la obligación de modificar en forma favorable esta situación. De otro lado, ellas deben pensar que esta falta de equidad es una “bomba de tiempo” para toda la población del mundo.       

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Referencias

Carta De Bangkok (2005). RHP&EO

De Sousa Santos, B. (2001) A critica da razao indolente. Cortez editores.

Passet, R (2001) Líllusion néo-libérale. (Spanish translation by Maria V. López Paños). Editorial Debate. España WWW

Stiglitz,J.E.(2003) El Malestar en la Globalización. Taurus Edition. WWW


[1] Ganador del Premio Nobel de Economía y ex vicepresidente del Banco Mundial


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